Purmamarca: el pueblo que abraza los colores de la Quebrada

 

 

En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra Purmamarca, un pequeño pueblo jujeño que parece detenido en el tiempo, pero vivo en colores. Su nombre, de origen aimara, significa “pueblo de la tierra virgen” y basta un solo vistazo para entender por qué este rincón es tan especial.

Un paisaje pintado por la naturaleza

La imagen más icónica de Purmamarca es, sin duda, el Cerro de los Siete Colores. Esta formación geológica, con capas de minerales que dibujan tonalidades de rojos, verdes, amarillos y violetas, es un espectáculo natural que se ilumina especialmente al amanecer. Desde la plaza central, las vistas son imponentes, pero para apreciarlo en todo su esplendor se recomienda hacer el corto Paseo de los Colorados, un sendero circular que bordea el cerro y ofrece perspectivas únicas.

Un pueblo que respira historia y cultura

Caminar por Purmamarca es adentrarse en un tejido de calles angostas, casas de adobe y techos de cardón. La plaza central es el alma del pueblo: allí, artesanos locales ofrecen tejidos, cerámicas y productos típicos en un mercado que mezcla aromas y texturas del norte argentino. Muy cerca se encuentra la Iglesia de Santa Rosa de Lima, construida en el siglo XVII, un monumento histórico que guarda imágenes y pinturas de gran valor cultural.

Sabores que conquistan

Purmamarca también se recorre con el paladar. La gastronomía local invita a probar platos tradicionales como la humita en chala, el tamal, el locro o las empanadas jujeñas. Muchos restaurantes y casas de comida ofrecen recetas heredadas de generaciones, siempre acompañadas de música folclórica que completa la experiencia.

Puerta a más aventuras

Además de sus propios encantos, Purmamarca es un excelente punto de partida para conocer otros destinos de la región. Desde aquí se puede acceder al Salinas Grandes, atravesando la Cuesta de Lipán, una carretera de montaña que regala vistas espectaculares y curvas memorables.

Mejor época para visitar

Purmamarca es hermoso todo el año, pero el otoño y la primavera ofrecen temperaturas más agradables para recorrerlo a pie. En enero y febrero, el pueblo se llena de vida con las celebraciones del carnaval, fusionando tradiciones indígenas y españolas en una fiesta colorida.

Purmamarca es mucho más que una postal del norte argentino; es un destino que se vive con los sentidos. Entre cerros multicolores, historia viva y hospitalidad única, este pueblo jujeño se convierte en un imprescindible para quienes buscan conocer la esencia cultural y natural de Argentina.

Si te interesa tener el mapa del lugar, podés hacer click en el siguiente link: Mapa Purmamarca 

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